La Plaza de Wenceslao en Praga es el centro neurálgico de la Ciudad Nueva o Nove Mesto. Realmente, no tiene la forma habitual de una plaza, pues es alargada, simulando más bien una amplia avenida.
A lo largo de casi un kilómetro de extensión se localizan tiendas, restaurantes y hoteles, pues se trata de una de las zonas con más ambiente de Praga.
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Un antiguo mercado testigo de la historia reciente
En esta plaza se ubicaba, desde el siglo XIV, un gran mercado de caballos.
La estatua de San Wenceslao está realizada en bronce y es obra del escultor checo Josef Myslbek. Junto a ella, el historiador checo Alois Jirásek leyó la Declaración de Independencia de Checoslovaquia en 1918.
Durante finales de 1989 la plaza fue el escenario de la manifestación que dio comienzo a la Revolución de Terciopelo, un movimiento pacífico que acabaría derrocando definitivamente al régimen comunista.
Qué ver en la Plaza de Wenceslao
- El Museo Nacional de Praga, uno de los más importantes del país. Se encuentra en la parte más alta de la plaza y lo reconocerás fácilmente por su imponente edificio de corte neorrenacentista.
- El Palacio Lucerna, construido a comienzos del siglo XX, que hoy alberga un centro comercial con unos cines de estilo art-nouveau realmente bonitos (donde, por cierto, se proyectó la primera película con sonido). También es interesante echar un vistazo al Gran Salón, donde se celebran eventos de todo tipo y que tiene su propia sala de teatro de estilo rococó. Precisamente la mezcla de estilos del Palacio Lucerna, procedentes de diferentes lugares del mundo, ha provocado que sea conocido entre los locales como «el bazar».
- El Grand Hotel Evropa, también de estilo art-nouveau, pues data de comienzos del siglo XX. Su fachada color mostaza se conserva en perfecto estado y gracias a ella podemos imaginar cómo eran los hoteles por aquel entonces, con su trasiego de viajeros descargando grandes maletas a las puertas de este elegante edificio.
- Para recorrer la plaza, como no es peatonal, puedes empezar en el Museo Nacional (metro Muzeum – A), que es la parte más alta, bajando desde allí por una acera y después volviendo por la otra. También puedes cruzar al boulevard ajardinado que hay en el centro, donde suele haber puestos de comida y de artesanía.