El Monte Petřín es el mirador más famoso de Praga y uno de los lugares favoritos de sus habitantes para pasear, tumbarse y escapar del bullicio de gente del casco histórico.
Se trata de una colina de casi 140 metros de altura, situada muy cerca del Castillo de Praga, y levantada sobre un terreno de antiguos viñedos que hoy han sido sustituidos por árboles frutales. Se llega fácilmente dando un paseo desde el Monasterio de Strahov si estás por la zona del castillo, y si no, desde Malá Strana cogiendo el funicular.
La Torre de Petřín
La atracción más visitada del Monte Petřín es su torre, que recuerda bastante a la Torre Eiffel (fue construida unos años después). También es de hierro, aunque esta es bastante más baja, pues tiene 63 metros de altura, pero al estar sobre la colina en que se asienta el parque nos eleva a más de 200 metros sobre Praga, brindándonos una de las mejores panorámicas de la ciudad, pues se puede contemplar el Castillo, la Ciudad Vieja, el río y el barrio de Malá Strana. De noche las vistas son aún más impactantes.
Para acceder a la torre hay que pagar entrada y subir a pie unas cuantas escaleras, pero verás cómo el esfuerzo merece la pena. Si eres de los que no les gusta hacer piernas, no sufras: también hay ascensor.
El Laberinto de los Espejos
El Monte Petřín alberga otro espacio divertido si viajas con niños (si no, puedes prescindir de él perfectamente). Se trata del Laberinto de los Espejos, que al igual que la Torre Petřin formó parte de la Exposición Universal de Praga en 1891 y se quedó definitivamente en el parque.
El laberinto, que tiene el aspecto de un pequeño castillo, no es más que una serie de espejos convexos que deforman nuestra imagen, similar a lo que podemos encontrar en muchos parques de atracciones. Para acceder al laberinto suele haber cola y hay que pagar una entrada aparte (aunque si tienes la Prague Card, está incluido).
El Monumento a las Víctimas del Comunismo
Cerca de la parte baja del funicular que sube hasta el Monte Petřín encontrarás un espacio que merece la pena ver. Se trata del Monumento a las Víctimas del Comunismo, un conjunto escultórico diseñado en 2002 y no exento de polémica: en él podemos contemplar varias figuras humanas bajando por unas escaleras. A medida que avanzan, les van faltando partes del cuerpo, simbolizando las pérdidas que conlleva para cada ser humano el vivir bajo un régimen totalitario.
Es frecuente ver a algunas personas dejando flores o encendiendo velas junto a ellos.
Cómo acceder al Monte Petřin
Hay dos formas de llegar hasta el parque Petřín:
- A pie atravesando los jardines del Monte Petřín, a los que puedes acceder desde el barrio del castillo. La subida es algo cansada pero se puede ir haciendo poco a poco y parando en los numerosos bancos o puestos de comida que hay por el camino.
- A pie desde el Monasterio de Strahov, por la parte trasera del complejo. Es un paseo especialmente agradable en otoño.
- En el funicular de Petřín, que sale desde la calle Újezd, a la que se llega por la calle Karmelitská.
En total, la visita al Monte Petřín te llevará unas 2 horas, dependiendo del ritmo al que vayas, y el mejor momento para subir es por la tarde, pues la luz que cae sobre el parque lo hace perfecto para la fotografía.