Lo habitual en Praga es encontrarse con edificios medievales, especialmente góticos, y también barrocos.
Precisamente por eso nos gusta la Casa Municipal, que se desmarca de la arquitectura típica de Praga, pues se trata de un espectacular edificio art-nouveau. Su fachada contrasta con la de aspecto ennegrecido de la Torre de la Pólvora, situada justo al lado.
Un antiguo palacio
La Casa Municipal fue construida a principios del siglo XX, sobre las ruinas de una antigua casa donde había residido el rey Wenceslao IV en el siglo XIV, antes de que la familia real se trasladase al Castillo de Praga. Esta primera construcción se conocía como Corte del Rey y fue comprada por un cardenal cuando los reyes la abandonaron.
Ya en el siglo XIX el Ayuntamiento de Praga comenzó obras de saneamiento por toda la ciudad, y se optó por derribar este edificio, que ya llevaba unas cuantas décadas en estado ruinoso. En 1912 quedaba inaugurada la nueva Casa Municipal.
La idea era dedicar este espacio a actividades culturales, y así se hizo, ya que actualmente, en la Casa Municipal se celebran conciertos y otros espectáculos, además de poder alquilarse sus salones para todo tipo de eventos.
Un edificio histórico
En el momento de su construcción, la Casa Municipal era uno de los edificios más modernos de Praga, dotada de un sistema de calefacción, ascensores y todo tipo de adelantos de la época.
Su fachada es, a nuestro juicio, una de las más bonitas de esta parte de la ciudad, pues en ella se mezclan elementos neorrenacentistas con otros neobarrocos e incluso orientales, aunque el estilo predominante es el art-nouveau.
En su decoración, de hecho, participaron importantes representantes del art-nouveau checo, como el famoso Alphonse Mucha. El gran mosaico semicircular de la fachada es obra de Karel Špillar y se conoce como Apoteosis de Praga.
Pese a su corta existencia si lo comparamos con otros monumentos praguenses, la Casa Municipal ha sido escenario de algunos de los principales acontecimientos de la historia contemporánea del país, como la proclamación de independencia checa del Imperio Austrohúngaro en 1918.
La mejor sala de conciertos de Praga
La Casa Municipal cuenta con una impresionante sala de conciertos, el Salón Smetana, cubierto por una cúpula de vidrio y con capacidad para más de un millar de oyentes.
No os perdáis la visita a este auténtica joya del modernismo, que además cuenta con una cafetería de aire antiguo muy bonita y restaurante propio (de comida francesa).