El Palacio Wallenstein de Praga fue el primer palacio barroco que se construyó en la ciudad, por encargo del noble Albert von Wallenstein, un militar que había participado en la Guerra de los Treinta Años y que tenía una estrecha relación con el rey.
Sus jardines geométricos son unos de los más bonitos de Praga y acogen en ocasiones exposiciones temporales de la Galería Nacional. ¿Quieres conocerlos?
El Palacio Wallenstein
En 1624, tras hacerse con los terrenos de varias casas y jardines invirtiendo una enorme suma de dinero, Wallenstein ordenó comenzar la construcción de su palacio y jardines, sin escatimar en la decoración.
Visitar el edificio del Palacio Wallenstein merece la pena, pues cuenta con un impresionante salón, la Sala de los Caballeros, cuyo techo está decorado con frescos donde aparece el propio Wallenstein representado como Marte, el dios de la guerra.
A pesar de ello, el palacio siguió en manos de la familia Wallenstein hasta varios siglos después, cuando les fue expropiado durante el gobierno comunista. Actualmente, el Palacio Wallenstein es la sede del Senado, por lo que solo puede verse durante los fines de semana.
Los Jardines Wallenstein
Los jardines del Palacio Wallenstein se construyeron a la vez que este, y se han mantenido bastante similares a su diseño original hasta hoy. Desde el año 2002 están abiertos al público y cuentan con varios elementos importantes:
- La Sala Terrena, un pabellón donde solía cenar Albert von Wallenstein, con vistas al estanque y varias arcadas adornadas con frescos. Su salón, decorado con arbescos y motivmos florales, tiene representadas escenas mitológicas.
- La gruta artificial, que imita las formas de las estalactitas. Este lugar tiene un aspecto bastante grotesco, con caras haciendo muecas y animales de todo tipo representados en la fachada como símbolo del paso del tiempo, un elemento muy característico de la estética manierista que caracteriza estos jardines.
- La antigua escuela ecuestre, que hoy alberga exposiciones de la Galería Nacional.
- Las estatuas de bronce, la mayoría réplicas de las originales de Adrien de Vries (uno de los mejores escultores bohemios de la época), que fueron saqueadas durante la Guerra de los Treinta Años.
- Las numerosas fuentes, entre las que destaca un estanque presidido por una estatua de Hércules.
Los Jardines Wallenstein son un espacio estupendo para pasear al sol en verano y relajarse viendo alguno de los conciertos (que suelen ser gratuitos) que tienen lugar allí.